Juan Pfeiffer, graduado del programa de Ingeniería Mecánica en el 2010, decidió emprender para impulsar la nueva era de la energía solar en Colombia con su empresa SEOS Energy.
Después de trabajar cinco años en Canadá, donde manejaba un fondo de capital del sector público de la provincia de Alberta, que financiaba proyectos de energías renovables para comunidades indígenas, y con la puesta en marcha de la Ley 1715 de 2014, supo que era momento de aportar a la transformación energética de su país.
“En el 2019 creamos SEOS Energy como una solar fintech que está enfocada en romper las barreras financieras y destrabar el potencial energético del sector residencial y de PYMES en Colombia y en Latinoamérica”.
Para Pfeiffer el país cuenta con gran potencial de energías renovables. Sin embargo, hacen falta fuentes de financiamiento verde que permitan su expansión. “Aquí, como en muchos países de la región, el financiamiento verde para personas naturales no existe. Actualmente, entre el 60 y 70 por ciento de la energía que se consume es residencial y está desatendido, por lo que vimos una oportunidad para brindar el capital necesario”.
Y aunque crear empresa no ha sido fácil, su formación académica ha jugado un papel clave. “Cuando emprendes estás casi que todos los días enfrentado a nuevos retos, desde técnicos hasta financieros. Como Ingeniero Mecánico ves todo desde un marco interdisciplinario, te alejas de los problemas para encontrar soluciones”.
Un consejo que le da a los futuros emprendedores es enfocarse en el auge de la digitalización y las nuevas tecnologías. “Quizá uno piense que la Ingeniería Mecánica son máquinas, pero hay una gran oportunidad de integrar tecnología y desarrollo para modernizar lo que se viene haciendo. Siempre habrá un nicho para impactar”.
“Los Ingenieros Mecánicos resolvemos problemas”
“En mi experiencia, el principal papel de los Ingenieros Mecánicas es que solucionamos problemas. Tenemos una formación muy buena y amplia, con buen grado de profundidad en diferentes campos que nos permite tener una visión interdisciplinar para dirigir la solución de problemas. Esa es la gran diferencia con otras carreras, un Ingeniero Mecánico entiende de todo, de números, temas técnicos, electrónica, eléctrica.”
Su gusto por la Ingeniería nació desde que era pequeño, cuando desarmaba y armaba piezas de LEGO y Meccano. Y cuando ingresó al programa de Ingeniería Mecánica fue amor a primera vista. “En la carrera me gustaron los fluidos y la energía. Gracias a la clase del profesor Álvaro Pinilla sobre energía eólica confirmé mi pasión”. Además, Pfeiffer realizó doble programa con Ingeniería Industrial.
“Como cualquier profesión uno debe tener pasión por lo que hace. Si les gusta solucionar problemas e innovar la Ingeniería Mecánica es lo suyo. Detrás de las grandes empresas siempre ha habido un Ingeniero Mecánico que ha liderado su crecimiento”.
Una de las razones que lo llevaron a estudiar en la Universidad de los Andes no solo fue su reconocimiento académico, sino también “el potencial de desarrollo en el exterior. La formación está enfocada en las posibilidades globales”.